Nasya Craiem

NOMBRE COMPLETO: Nasya Craiem.

FECHA DE NACIMIENTO: Desconocida.

EDAD: 20 años.

SEXO: Masculino.

ORIENTACIÓN SEXUAL: Pansexual.

RAZA: Celestial.

OCUPACIÓN: Recadero.

DESCRIPCIÓN FÍSICA: Mide 1,66 mts de contextura delgada, de apariencia frágil y tendinosa. Su antigua apariencia terrestre y morena fue reemplazada por una de piel caucásica, ojos rojos y cabello rubio, largo hasta la cintura y como siempre lo tuvo. Su voz complementa lo que ya se puede ver, es suave y melodiosa, como la de un ángel y nunca nada mejor dicho. En su forma verdadera posee alas de plumas blancas, que pueden variar en número sólo a causa de la necesidad, y es que con cuatro alas no es fácil volar, pero si se logra impresionar si es que esa es la finalidad.
Sus ropas siempre son ligeras y suele andar descalzo, así se acostumbró a vivir. Le agrada cargar recuerdos, como una cadenilla con las placas de uno de sus soldados que murió en la Tierra, o una navaja medio oxidada que le regaló otro en algún momento, incluso un par de pendientes que recibió cuando a alguno de la tropa se le hizo muy presente su compañía, o la argolla de una granada que le dio un teniente y que ostenta como anillo de diamantes.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA: Aunque ha nacido en un sitio conflictivo que podría quebrar el espíritu de cualquiera, Nasya no conoció como tal al abuso al que tuvo que acomodarse. Simplemente, para él dar a cambio algo por lo que se quiere, ya sea bienes tan merecedores como la comida o el agua, es la única forma de vivir posible. Así, si no tiene nada que ofrecer, no aceptará nada. Por otro lado, no es fácil que confíe en extraños ni que haga amistades, porque no conoce más clase de relación que la que obliga el intercambio de bienes o servicios.
Con todo, la suya es un alma pura que hace lo que hace con dedicación, que nunca ha recibido traición de parte de aquellos en quienes ha confiado, que no se arriesga a perder lo poco que pueda recibir y que lo valora como al tesoro con más peso en oro. Es fiel, comprometido, aguerrido, valiente, resistente y adaptable, todo oculto bajo el manto de la desconfianza y la prudencia, sobre todo la prudencia.

GUSTOS: Café, tabaco, marihuana, cerveza y la comida chatarra.

DISGUSTOS: Pocas cosas le disgustan, quizás lo peor sea la soledad, el abuso y el abandono.

AFICCIONES/HOBBIES: Canta y lo hace por pasatiempo, pero ahora que es un ángel en una dimensión llena de capacidades extrañas, tiene una importancia especial.
Le gusta leer, aprendió a hacerlo entre los soldados y es algo que, en su honor, repite a menudo.

HABILIDADES: Siempre fue buen espía, es silencioso y cauteloso al caminar incluso cuando no está espiando a nadie, puede controlar hasta el sonido de la respiración y a pasos descalzos casi siempre. Aprendió a robar y es bueno en ello, y aunque la biblia diga que es un pecado, un libro no es algo por lo que se rige esta clase de ángel. Sabe disparar armas de fuego de poco y mediano calibre, porque le enseñaron sus protectores, así también sabe manejarlas, limpiarlas y cargarlas, pero no es algo que haga a menos que sea necesario. Siempre se encuentra lleno de energía que recarga con simples acciones como cantar, pasear en contacto con la naturaleza, volar cerca de los rayos del sol, tomar siestas en algún claro florido o tomando una ducha en un río limpio. Finalmente, su compañía es reconfortante de por sí, vagamente y sólo si el acompañado no se encuentra profundamente atormentado, también puede encantar con su canto y relajar a quienes lo escuchen y que, otra vez, no se encuentren profundamente desequilibrados o afectados.

PODERES: Su principal don es el de curar, por ello puede reconstruir desde miembros destrozados o extremidades amputadas, hasta heridas como quemaduras, cortes profundos, perforaciones y de toda clase.
Como apoyo, puede entregar parte de su propia energía para revitalizar a algún compañero agotado.
En trance, puede ubicar a cualquier persona habitante del continente en esta dimensión que no es la Tierra, también puede predecir el futuro en cortos lapsus y, dado que el destino nunca está detalladamente escrito, sólo puede hacer conjeturas, ya que el porvenir siempre cambia. En menor nivel, instantáneamente puede saber lo que sucederá dentro de los próximos cinco minutos o quienes se encuentran a su alrededor aunque estén ocultos.
En batalla, su labor se limita a la protección y es ahí cuando tanta energía acumulada se hace muy necesaria para crear escudos protectores capaces de desviar y sólo desviar los ataques, no los absorbe, por tanto no importa la magnitud de la ofensiva.

DEBILIDAD: La sanación de la que es capaz sólo puede efectuarse fuera de la batalla, porque necesita seguridad a su alrededor para concentrarse lo necesario y que suele ser cerca de cinco minutos como mínimo, dependiendo de la gravedad de la herida.
La cantidad de energía que puede ceder depende totalmente de la propia, que si bien puede ser casi inagotable, como todo ser vivo tiene un límite si se le abusa. Además, sólo puede ser en cantidades significantes cuando es usaba fuera de la batalla. De lo contrario, es comparable y no será más que el efecto de una bebida energética y que pasará luego de diez minutos [o dos post].
No es posible usar su habilidad de trance en batalla porque requiere tiempo y tranquilidad, a solas y en un sitio seguro, lo ideal es que sea en contacto con la naturaleza. Además, necesita concentrarse por alrededor de treinta minutos para lograr el estado de mediación requerido en el caso buscar a alguien.
Puede crear un escudo a la vez y mientras lo hace, debe permanecer inmóvil y es incapaz de usar cualquier otra habilidad. Cada desvío utiliza la cantidad de energía comparable a la magnitud del ataque redirigido, y según la gravedad, necesitará mayor tiempo para recomponerse y usar cualquier otro poder. Además, el daño causado por el ataque desviado será hecho de todos modos, pero en otro objetivo que puede ser, incluso, el mismo atacante.


ARMA: Ninguna.

HISTORIA:
“Algunos ángeles deben hacer el trabajo sucio, siempre es mejor no hablar acerca de ellos.”
Nasya no es su verdadero nombre, pero es por el que le han llamado desde que tiene memoria. Sus recuerdos no hablan acerca de padre, madre y hermanos, hablan acerca de una familia poco convencional… muy poco convencional. Ninguno de los doce soldados que le rodeaban y frecuentaban podría tratarse de un padre, tampoco como hermanos mayores ni mucho menos “clientes”, como las malas lenguas podrían sugerir. En el trato entre aquellos había poco cariño y no por no sentirlo, sino porque no había tiempo para expresarlo, mucho menos ganas cuando el aire que se respira está saturado de polvo, basura, humo, pólvora y sangre. El conflicto en medio oriente está en su apogeo y, además de los fanáticos que suelen manifestarse con explosiones por doquier, los soldados americanos han agregado aún más sazón de balas, estallidos y muertes.
Nasya nunca vivió ajeno al caos, muy por el contrario, este era el pan que desayunaba cada día. Junto a varios niños más que decidieron aislarse y huir, ocultarse de las garras de los protestantes que reclutaban a cualquiera con piernas y manos útiles para batallar, en realidad fueron pocos los que lograron zafarse y sobrevivir. Bajo tales circunstancias, la culpa por unirse a las fuerzas extranjeras pesa tanto como el sudor en la frente e importa lo suficientemente poco como para aceptar hasta la última hogaza de pan duro y quemado que quisiera compartir el pelotón. Pronto, cada batallón tenía un par o trío de niños a su cuidado, pero Nasya fue afortunado y pudo ser el único entre los doce.
Su hogar desde la niñez fue un campamento y su patio de juegos se encontraba entre tanques, tiendas y cajones de municiones. Dormía con los doce, turnándose un lugar entre las literas o arropándose en el piso sobre alguna manta generosa. Comía con ellos, aceptaba las sobras de cualquier plato y bebía del agua que le compartieran, que en estos sitios es un bien muy valioso. A cambio ofrecía información que conseguía por espionaje o que intercambiaba con otros niños, servía de mensajero y embajador entre culturas, contaba historias, garantizaba diversos productos de contrabando y un largo y similar etc. Pero lo que más valoraban los doce era su compañía, simplemente con tenerle cerca, de algún modo, el estrés se les hacía más liviano. A veces sólo había que oírles, otras era necesario apartarse y mirarles de lejos, unas más se educaban mutuamente en el lenguaje que siempre fue una barrera, y las más hacían referencia a una clase de cama que no tenía nada que ver con dormir. Nasya nunca vio nada de ello como un abuso, jamás conoció acerca de organizaciones internacionales por los derechos de los niños y se hizo aún más innecesario cuando alcanzó la adolescencia. Esta era una forma de vida, una existencia poco convencional y repudiada afuera de las paredes del campamento, pero una forma de vida al fin y al cabo. De hecho, los soldados parecían tan acostumbrados que al rotar los batallones casi no existía diferencia entre unos y otros, entre los que volvían a casa y los que apenas llegaban por primera vez. Entonces, el conflicto y la influencia norteamericana acabó, y cuando las tropas se retiraron, el mundo real que invadía medio oriente aplastó las concepciones de un Nasya de 20 años y que, prácticamente, no sabía cómo vivir.

Si las mujeres la tienen difícil en esta cultura, para los rechazados es imposible. No hubo trabajo en el que empeñarse, no hubo puertas ni ventanas abiertas, no fueron cálidas ninguna de las pocas noches que pasaron luego de la retirada norteamericana. No hubo asilo para un hermano de alma extranjera y, una noche fría como las que caracterizan al desierto, Nasya decidió morir. Fue fácil conseguir un arma, también tener la voluntad necesaria y en forma de hambre, pero antes, un espejo apareció frente a sus ojos, un espejo precioso y que, a simple vista, podría ser más valioso que cualquier cosa que hubiera visto antes. Sin embargo, cuando quiso poner las monos sobre este, fue absorbido por la imagen que le devolvía el reflejo y, como en un sueño, despertó en una noche lluviosa en otro mundo.

OTROS DATOS: Ninguno.
APARIENCIA:

Humano:

Ángel:

"=Solo se que oí; ''es el tiempo y no perdona''.="

Nombre real del personaje: Afuro Terumi.
Nombre del anime/manga/videojuego, etc: Inazuma Eleven.